La rosácea es una enfermedad de la piel que afecta a millones de personas a nivel mundial. Aunque se puede presentar en cualquier persona, la rosácea es más común en mujeres de edad media. Esta afección crónica causada por la inflamación y el enrojecimiento de la piel facial se denomina a menudo como "acné rosácea", aunque son dos afecciones diferentes. En este artículo, nos centraremos en los síntomas comunes de la rosácea y cómo pueden afectar a la calidad de vida de los pacientes.

¿Por qué se produce la rosácea?

La rosácea se produce cuando los vasos sanguíneos de la piel facial se dilatan y, como resultado, causan enrojecimiento e inflamación. La causa exacta de la rosácea aún es desconocida, pero se cree que existe una relación con la genética, los factores ambientales y la función inmunológica del cuerpo. Los factores desencadenantes también pueden incluir temperaturas extremas, alimentos picantes, alcohol, estrés emocional y exposición al sol. La rosácea no es contagiosa y no se puede transmitir a otras personas a través del contacto físico. Los síntomas de la rosácea pueden variar significativamente de una persona a otra. Sin embargo, existen ciertos síntomas que son comunes en la mayoría de los afectados. A continuación, se describen algunos de los síntomas de la rosácea más comunes:

Enrojecimiento facial constante

El enrojecimiento facial, también conocido como "flushing", es uno de los síntomas más comunes de la rosácea. El enrojecimiento puede ocurrir en cualquier parte de la cara, pero generalmente afecta a las mejillas, la nariz, la frente y el mentón. El enrojecimiento puede ser leve y de corta duración, pero en algunos casos puede ser severo y durar varias horas. Los pacientes con rosácea también pueden experimentar un enrojecimiento facial constante como si estuvieran perpetuamente sonrojados.

Pápulas y pústulas

Las pápulas son pequeñas protuberancias rojas que pueden estar llenas de pus, mientras que las pústulas son bultos llenos de pus y más grandes que las pápulas. Las pápulas y pústulas son similares a los granos del acné, pero son distintos. Estos bultos pueden ser dolorosos y a menudo aparecen en grupos. A medida que las pápulas y pústulas sanan, pueden dejar manchas rojas o pigmentadas en la piel.

Telangiectasias

Las telangiectasias, también conocidas como "arañas vasculares", son pequeñas venas dilatadas que aparecen en la superficie de la piel y son especialmente visibles en la nariz y las mejillas. Estas venas dilatadas son comunes en pacientes con rosácea y pueden ser una de las primeras señales de que una persona tiene la enfermedad. Aunque las telangiectasias no son peligrosas, algunas personas pueden sentir que son antiestéticas y pueden sentirse incómodas con su apariencia.

Textura de la piel con aspecto de cáscara de naranja

Algunas personas con rosácea pueden experimentar una textura de la piel con aspecto de cáscara de naranja que se siente similar a la piel de un limón. Esta textura se debe a la acumulación de sebo y células muertas de la piel en los poros, lo que puede hacer que la piel se vea áspera y desigual. La textura se combina con la piel enrojecida de la rosácea, lo que puede hacer que la piel parezca aún más inflamada.

Ojos secos y con picor

La rosácea ocular es un tipo de rosácea que afecta los ojos y los párpados. Los pacientes con rosácea ocular pueden experimentar sequedad ocular y sensación de picazón en los ojos. Esto se produce cuando los párpados se inflaman y obstruyen las glándulas que producen lágrimas. La rosácea ocular puede ser grave y en algunos casos puede causar problemas de visión.

Conclusión

En conclusión, la rosácea es una enfermedad crónica de la piel que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien no existe una cura para la rosácea, los síntomas pueden tratarse con éxito con una combinación de medidas de prevención y tratamiento médico. Si tienes alguno de los síntomas mencionados anteriormente, es importante que visites a un dermatólogo experto que te ayude a controlar tus síntomas y a mejorar tu calidad de vida.