La progesterona es una hormona sexual femenina, que se produce principalmente en los ovarios, pero también en la placenta durante el embarazo. Su principal función es la de preparar el útero para el embarazo y mantener al feto durante la gestación. Sin embargo, esta hormona también tiene un impacto significativo en la piel, y los cambios en la producción de progesterona pueden afectar la salud de la piel de varias maneras.
Uno de los mayores efectos de los cambios en los niveles de progesterona en la piel femenina es el acné. Una mayor producción de progesterona puede estimular las glándulas sebáceas en la piel y aumentar la producción de aceite. Cuando el exceso de aceite se acumula en los poros, puede provocar la obstrucción y la proliferación de bacterias, lo que conduce al acné.
La progesterona también puede agravar el acné al aumentar la producción de cortisol, la "hormona del estrés" del cuerpo. El cortisol puede aumentar la inflamación del acné y empeorar su apariencia.
Los niveles de progesterona también pueden afectar el envejecimiento de la piel. La calma y estabilidad que aporta la progesterona, que previene posibles estados de ansiedad, puede relacionarse con los cambios de elasticidad, de firmeza y de hidratación. La piel pierde su elasticidad y firmeza natural al ir envejeciendo debido a la disminución en la producción de esta hormona.
El aumento de los niveles de progesterona puede provocar hiperpigmentación en la piel. Esto se debe a que la progesterona puede estimular la producción de melanina, el pigmento que da color a la piel. La hiperpigmentación puede aparecer en forma de manchas oscuras o "molestas" en la piel, y puede ser especialmente notoria en el rostro.
Otro efecto conocido de los cambios de progesterona en la piel es la sequedad o piel seca. La progesterona ayuda a retener la humedad en la piel, por lo que una disminución en los niveles de progesterona puede provocar una falta de hidratación y humedad en la piel. Esto puede dar lugar a la aparición de arrugas y otros signos visibles del envejecimiento de la piel.
Si experimentas cambios en la piel relacionados con la progesterona, como el acné, hay tratamientos que pueden ayudar. Algunos tipos de anticonceptivos pueden regular los niveles de progesterona y reducir la producción de aceite en la piel. Los tratamientos tópicos con peróxido de benzoilo o ácido salicílico también pueden ayudar en la lucha contra el acné.
Para tratar la piel seca, es importante tener una rutina regular de hidratación. Esto puede incluir el uso de cremas hidratantes y otros productos que ayude a retener la humedad en la piel. Es importante elegir productos que sean no comedogénicos, ya que estos no obstruyen los poros de la piel y evitar que aparezcan más granitos.
Para la hiperpigmentación, se recomienda el uso de productos que contengan vitamina C o ácido kójico, ya que ambos pueden ayudar a reducir la producción de melanina y mejorar la apariencia de la piel. Los tratamientos con láser o técnicas de exfoliación chemical también pueden ayudar y aunque estos tratamientos profesionales pueden ser costosos, también pueden ser muy efectivos.
Los cambios en la producción de progesterona pueden tener un impacto significativo en la salud de la piel de una mujer. Los efectos pueden variar desde el acné hasta la hiperpigmentación o piel seca. La buena noticia es que hay muchos tratamientos disponibles para tratar estos problemas. Si estás experimentando cambios en la piel que piensas que pueden estar relacionados con los niveles de progesterona, habla con tu dermatólogo sobre cuál sería el tratamiento más efectivo para ti.