Los lunares son una característica común de la piel. A menudo, aparecen durante la niñez y la adolescencia y pueden ser planos o elevados, de color carne o oscuros. Algunos lunares son hereditarios, y otros pueden aparecer como resultado de la exposición al sol.
Los lunares son crecimientos en la piel que suelen ser de color marrón oscuro o negro. Por lo general, son planos o elevados y asimétricos, lo que significa que son irregulares en forma y tamaño. Los lunares pueden variar en tamaño desde un punto hasta varios centímetros de diámetro. Cada persona tiene un número diferente de lunares y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
Los lunares son causados por las células pigmentarias de la piel llamadas melanocitos. Estas células producen melanina, que es el pigmento que le da color a la piel. Cuando los melanocitos crecen en grupos o en exceso, se forman lunares.
Los lunares son comunes en los adultos jóvenes, pero también pueden aparecer en la niñez o después de los 35 años. A medida que envejecemos, nuestros lunares pueden cambiar en forma, tamaño y color. Aunque algunos cambios son normales, otros pueden indicar problemas de salud graves.
Si nota alguno de estos cambios en su lunar, es importante consultar a un dermatólogo para un examen preventivo de la piel.
Hay varias precauciones que se pueden tomar para prevenir cambios anormales en los lunares:
En conclusión, los lunares pueden cambiar con la edad y algunos cambios son normales. Sin embargo, si nota cambios anormales en un lunar, es importante consultar a un dermatólogo para una evaluación preventiva de la piel. Tomar medidas preventivas para protegerse del sol también puede ayudar a prevenir cambios anormales en los lunares. Siempre es mejor prevenir que curar, especialmente cuando se trata de su piel.